A veces la vida tiene una curiosa forma de mandarte mensajes, de abrirte los ojos y provocarte una sonrisa.
Como cuando vas a estrenar calcetines nuevos y, en ellos, aparece una palabra que no debería o no tendría por que estar allí. Es así como una sola palabra, en el sitio menos indicado, puede producirte un gran bienestar interior.
Estas son las pequeñas curiosidades de la vida, esas pequeñas cosas que, sin saber muy bien por qué, te abren los ojos y te alegran el día. Disfrutemos de ellas y hagámosle caso, VIVAMOS.
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